Aunque las entidades vampíricas se hayan registrado en muchas culturas, posiblemente en épocas como la prehistoria el termo vampiro después de una afluencia de supersticiónes vampiricas en Europa occidental, procedentes de zonas donde las leyendas sobre vampiros eran frecuentes, como los Balcanes y Europa Oriental, aunque las variantes locales también son conocidos por otros nombres, tales como vrykolakas strigoi en Grecia y Rumania. Este aumento de la superstición del vampiro en Europa llevó a una histeria colectiva, lo que resultó en algunos casos en la perforación de cadáveres con una estaca y acusaciones de vampirismo.
Aunque incluso los vampiros del folclore Balcanes y Europa Oriental tienen una amplia gama de aspectos físicos, que van desde casi humana a los cuerpos en avanzado estado de descomposición, fue en 1819, con el éxito de la novela de John Polidori El vampiro, que estableció la arquetipo del vampiro carismático y sofisticado, lo que puede ser considerado el trabajo más influyente del vampiro del siglo XIX, inspirando obras como Varney el vampiro Drácula y, finalmente Drácula.
Es, sin embargo, la novela de 1897 de Bram Stoker, Drácula, que perdura como la literatura de vampiros por excelencia y genera la base de la ficción moderna sobre el tema.
Drácula fue inspirado por las mitologías anteriores de hombres lobo y demonios legendarios similares y otros ", dio voz a las inquietudes de una época" y los "temores del patriarcado victoriano" .
El éxito de este libro dio lugar a un género distintivo del vampiro, sigue siendo popular en el siglo XXI, con libros, películas, videojuegos y programas de televisión. El vampiro es una figura tan dominante en el género de terror que el historiador literario Susan Sellers coloca el actual mito de los vampiros en la "seguridad comparativa de lo fantástico [existente] en las pesadillas
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